martes, mayo 22

Me ciego *

Controla tu polla, y controlaras tu vida
[Sabio de Garrido]

Según estaba entrando por la puerta del bar me di cuenta de que me estaba cansando ya de lo mismo todos los días, me da por culo, porque mientras estoy en mi rutina estoy en mi puta salsa, total no conozco otra manera de pasar las mañanas me digo, pero luego lo pienso y me doy cuenta de que estoy haciendo el mongol.

Debería buscar un puto trabajo, me estoy quedando sin pasta y los vicios no se pagan solos, pero me da por culo trabajar. Me da por pensar, y veo que la gente trabaja, lo asume de puta madre, yo no puedo. Basándome en la experiencia que tengo, se que aguanto temporadas cortas, los primeros días estoy hasta los cojones, luego me acostumbro, y pasado un tiempo estoy hasta los cojones de estar acostumbrado, se acaba o lo dejo, saco pasta y vuelvo a mi otra rutina de barra de bar.

De oca a oca.

Me toca los huevos buscar trabajo. Tienes que resumir en un puto papel tu vida, o escribir ahí lo que creas para que te acaben contratando. Pasado el trámite de patearte la puta ciudad con una jodida carpeta azul, llena de copias de tu vida, embuchado en un disfraz, y con la mejor de tus sonrisas de: mírate el papelito que te doy, llámame, y te dejare darme por culo por un módico precio.

Después del paseito, o los paseitos, te toca esperar, y lógicamente te toca esperar sin pasta, porque vas a buscar trabajo cuando no te queda pasta, no antes, y esto lo digo por mí. Estas jodido esperando a que te llamen, y finalmente te llaman, al mes. Aceptas el puto trabajo, que te pintan de puta madre, pocas horas, poco curro, poca pasta. En esa justa proporción diría que es justo, pero los dos primeros pocos van evolucionando a muchas y mucho, y el tercer poco se queda como esta. Al final, curro un mes y me voy.

- Y a todo esto... ¿me pones el café o no? - todavía tendrá los santos cojones de no saber lo que voy a tomar. Porque estás buena, si no te mandaba a tomar por culo guapita. -

En ese momento la camarera salio de la barra, se colgó del cuello de mi camisa y dijo:
- No te lo voy a poner, guapito - con una sonrisa de autentica cerda.

Me arrastro hasta el servicio, y empezó a desnudarme. En estos casos además de flipar, me muestro bastante dispuesto, tu haz y deshaz hija, que debes saber hasta latín.

Dije desnudarme por decir algo, porque me arrancó literalmente la camisa, y poco le falto para joderme el cinturón, pero que quieres que te diga, merecía la pena el gasto.

Después de recorrerme el pecho con su boca, empezó a arrodillarse. Así me gusta, la chica se lo curraba. Mi cara en ese momento debía ser de me acabas de ganar un órdago a pares y llevo castellanos, mortal. La niña sigue bajando, no soy nadie para pararla, nos jodió.

Desliza sus manos hasta mi bragueta, la que anquilosada y oxidada del poco uso se resiste un poco, pero fácilmente es abierta con una maña acojonante.

Empieza la fiesta me dije.

- Chss, chss, el café se te enfría, guapito.

Tengo que dejar de venir a este bar.


2 comentarios:

MalditosTacones dijo...

Eres bueno muchacho... No pienses más en tajos y curros y ponte a escribir.

Salud.

akshell dijo...

hago lo que pude