viernes, enero 18

Despojo

Salió como cada mañana a la calle, por ese hueco que en algún momento estuvo cubierto por una puerta. La desolación y muerte que recubrían toda la calle ya no le afectaban.

Se detuvo y se dedicó a observar lo que la última guerra les había dejado. Más de un tercio de los edificios que estaban al otro lado de la antígua avenida estaban prácticamente derruidos, podía ver el esqueleto de las monstruosas construcciones.
La carretera que antes gozaba de un incontable numero de usuarios, ahora se encontraba vacía, quebrada. Las grietas y los badenes estabán desbordados por materias acuosas, mezcla de las persistentes lluvias de los últimos días, la sangre derramada por los desprevenidos inocentes, combustible de automoviles y lagrimas.

El cielo estaba gris, presidiendo con este tono apagado, la triteza, soledad y miedo que se respiraba en el ambiente. La lluvia seguía incesantemente golpeando por igual a cada construcción derruida como a cualquier superviviente.

Salvó en medio escalón que restaba para llegar a la realidad y se regaló un cigarrillo, éste estaba practicamente roto, doblado hasta su máxima.

Empezó a caminar y le repugnaba la sensación de la lluvia sobre su cara. No era una lluvia refrescante ni agradable, era una lluvia áspera y cálida, parecía salida directamente de las fauces de la muerte.

Las sirenas de la ciudad seguían sonando, hacía ya dos meses que no cesaban en ningún momento.

Siguió andando hasta lo que era el extrarradio de la ciudad, y vió como un par de hombres de una patrulla destrozaban a patadas un cuerpo, ya sin vida adivinó.

Los sordos sonidos de huesos quebrándose se unian con las carcajadas de los hombres mientras se entretenian con su juguete.

Continuó su camino, pasó entre los guardias sobre el cuerpo quebrado y prosiguió sin que los patrullerosle dijeran nada. No le preocuapaba nada que tuviera que ver con esos dos hombres, sabía que no podrían hacerle nada, en níngun momento cesaron las carcajadas y las patadas.

Sabía de sobra que ellos no eran sus enemigos, la última batalla que tendría que librar la había perdido hace ya mucho tiempo, contra el único enemigo que había reconocido en su eterna vida, el tiempo.

No hay comentarios: